02 Δεκεμβρίου 2006

PAEDAGOGUS


Son las siete de la mañana y ya no tengo sueño. Así que...aquí estoy, con mi taza de café, mi ordenador y el silencio.
Hubo un año que preparé la oposiciones para latín ( sí, de verdad, es que eran muchas plazas) y de lo poco que aprendí, recuerdo la figura de Quintiliano, y de como me sorprendió lo NO TAN ALEJADOS que están sus preceptos pedagógicos de los nuestros ( o al menos de los que debían ser)
De officio discipulorum.
Plura de officiis docentium locutus discipulos id unum interim moneo, ut praeceptores suos non minus quam ipsa studia ament et parentes esse non quidem corporum, sed mentium credant. Multum haec pietas conferet studio; nam ita et libenter audient et dictis credent et esse similes concupiscent, in ipsos denique coetus scholarum laeti alacres conuenient, emendati non irascentur, laudati gaudebunt, ut sint carissimi studio merebuntur. Nam ut illorum officium est docere, sic horum praebere se dociles: alioqui neutrum sine altero sufficit; et sicut hominis ortus ex utroque gignentium confertur, et frustra sparseris semina nisi illa praegignenmollitus fouerit sulcus, ita eloquentia coalescere nequit nisi sociata tradentis accipientisque concordia.
Entre los muchos avisos que hemos dado al maestro, quiero dar uno tan sólo a los discípulos; y es, que no tengan a sus maestros menos amor que al estudio; persuadiéndose que son padres no corporales, sino espirituales. De este modo oirán con gusto sus preceptos, les darán crédito y desearán asemejarse a ellos; y, finalmente, concurrirán al aula gustosos y con gana de saber. Si los corrige, no se enojarán; si los alaba, gozaranse con la alabanza; y con la aplicación merecerán su amor. Porque así como la obligación de los unos es el enseñar, así la de los otros es mostrarse dóciles a la enseñanza; y lo uno sin lo otro nada vale. Así como el nacer el hombre depende del padre y de la madre, y en vano se siembra la semilla si no se recibe dentro de una tierra blanda y esponjada, así la elocuencia no puede llegar a colmo si no van a una la doctrina del maestro y la docilidad del discípulo.

2 σχόλια:

Javi είπε...

Bonito post, Mertxu; l�stima que hoy en d�a sea tan irreal. Quiz� estar�a bien leer los cl�sicos en clase de vez en cuando

Unknown είπε...

¡Hola! Soy una alumna de Clásicas en la universidad Complutense de Madrid. Enhorabuena por el blog, muy interesante... Os enlazo ;-)

Sandra (http://scrovegni84.blogspot.com/)